Cuando hablamos de diamantes nos referimos a un mineral que se compone de carbono cristalizado. Esto que puede parecer sencillo en un principio, hace contraste con lo complejo de su estructura, lo que le convierte en la gema por excelencia. Son sus características físicas las que destapan las gemológicas tan particulares.

Estas joyas tienen la cualidad de cristalizar en el sistema cúbico, bien sea en forma de cubos, rombododecaedros, octaedros o maclas. Su cristalización se lleva a cabo en plena naturaleza y en condiciones climáticas concretas, ya que debe darse con altas temperaturas y mucha presión. Por lo que sucede a partir de 250 kilómetros de profundidad dentro de la Tierra. Estos diamantes pueden llegar a la superficie de la Tierra gracias a la kimberlita ascendente mediantte la erupción de un volcán.

Propiedades físicas del diamante

Pese a que el valor de esta joya en el mercado, tanto en las joyerías como en el mundo de los coleccionistas, estas piedras no son más que un trozo de carbón cristalino, formado por casualidad y cuyo proceso de formación aún se desconoce del todo. Como cualquier piedra, estos diamantes tienen características físicas que lo hacen una piedra extraordinaria, sus propiedades físicas son conocidas por la mayoría de la gente. Vamos a hablar de cuales son estas propiedades físicas de esta joya tan valorada por el hombre.

Su principal propiedad física a destacar es la dureza, entendiendo dureza como la capacidad para resistir el ser rayado. Existe una escala para medir esta propiedad, la denominada escala de Mohs. Los diamantes se sitúan en lo más alto de esta escala, llegando a una dureza máxima de diez grados. No hay mineral en el mundo conocido más duro que este.

Otra de las características físicas de los diamantes que podemos destacar es su falta de tenacidad, que suele causar confusión con la dureza, pero la tenacidad es la resistencia ante un choque mecánico. Por muy duro que sea esta piedra, se puede romper con facilidad si sufre un golpe fuerte, lo que significa que es muy frágil y poco tenaz.

En cuanto a su densidad nos referimos al peso específico de la joya, que suele estar en los 3,5. Dentro de la escala de densidad de un mineral, los que están en el intervalo de 2 a 4 son considerados de peso específico normal. Si bajara de 2, se le consideraría un mineral ligero.

Otras propiedades de los diamantes

Los diamantes tienen otra serie de propiedades menos físicas pero que merce la pena saber. Este tipo de piedra preciosa tiene características exclusivas que hacen que resulte muy especial para su comercialización.

Las propiedades ópticas son las que más llaman la atención a la mayoría de gente, es lo que se ve de primeras y se aprecia sin ser un entendido en la materia. Su brillo es muy alto y parecido al que podemos ver en elementos como el cristal o el acero pulido. Se puede ver bien en las gemas de mayor pureza, que no tienen color, éstas son las que más precio tienen en el mundo de las joyas.

Otra propiedad que se aprecia con la vista es la transparencia, que suele ser total en las que tienen un mayor valor, que pueden dejar que la luz las pase sin apenas pérdida alguna de intensidad.

El indice de refracción destaca mucho, puesto que es el más elevado dentro de todas las piedras transparentes.

La dispersión que presentan los diamantes también es muy alta, por consiguiente, cuando un rayo atraviesa la piedra se descompone con total claridad y nitidez en los colores del arco iris.

La reflexión va a depender del nivel de refracción en todo mineral, por ello el de los diamantes es muy fuerte. A mayor acercamiento del rayo a la normal, mayor será el nivel de reflexión en tanto por ciento.

Para finalizar, daremos unos datos sobre las propiedades más químicas de los diamantes, ya que son piedras que resisten con facilidad a todo tipo de producto químico común, incluidos los ácidos grasos que suelen afectar a los demás tipos de piedras orgánicas. No pueden ser dañados por ácido ni por álcalis, esto pasa con todos menos con el nitrato potásico o la sosa fundida, que si pueden lograr disolverlo.

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