Antiguamente los diamantes eran un capricho extraño de la naturaleza que solo podía encontrarse en la India. “Un diamante es para siempre” ha sido uno de los eslóganes cuyo éxito le ha permitido perdurar a través de todos los tiempos. De esta forma, se introdujo en el mercado la idea de que regalar una sortija con esta piedra era la mejor manera de declararse. Hoy en día, esta tradición se mantiene pero las opciones que se pueden encontrar a la hora de escoger uno se han ampliado de tal forma que los diamantes sintéticos (diamantes HPHT o diamantes CVD) son una alternativa más.
PROCESOS DE SÍNTESIS
Los diamantes creados por el hombre son piedras que se obtienen a partir de procesos de síntesis en laboratorios y, en la mayoría de los casos, es difícil diferenciarlos de las piedras naturales, por lo que se tiene que recurrir a laboratorios gemológicos que posean técnicas avanzadas de análisis que consigan distinguir un diamante sintético de uno natural.
Al contrario de lo que se piensa, los diamantes artificiales eran en un principio más caros que los naturales. La tecnología y sus avances han hecho que su proceso de fabricación sea a día de hoy mucho menos costoso, así como más sencillo y rápido.
El diamante sintético se fabrica principalmente por los siguientes métodos:
- Diamantes HPHT: este método conocido en inglés como High Presure — High Temperature (Alta Presión — Alta Temperatura) fue puesto en práctica por primera vez en 1954 y consiste en la cristalización de la piedra de carbono a presiones de 50-60 kbar y 1300 a 1600 Cº. Este método era costoso y complicado, pero la tecnología se ha optimizado y hoy en día los costes de producción han bajado considerablemente.
- Diamantes CVD: por el contrario, esta técnica de síntesis no requiere de temperaturas elevadas ni presiones. Este método se conoce en inglés como Chemical Vapor Deposition o deposición química de vapor y consiste en la obtención de diamantes a partir de una mezcla de gases de hidrocarburos. El gas metano se mezcla con hidrógeno y se ioniza, de forma que los iones de carbono se depositan sobre una superficie, formando así una fina capa de diamante. Este proceso ha sido muy estudiado desde su primera utilización en 1952 debido a su lenta velocidad de proceso para la creación de gemas.
Muchos defienden los diamantes sintéticos como una alternativa óptima para el medio ambiente. La alta concienciación de muchas personas hacia la naturaleza ha hecho que este tipo de diamante sintético sea comercializado en calidad gema, pudiendo obtenerse además en una gran variedad de colores como el azul, el amarillo o el naranja. Los diamantes minados o diamantes de sangre, como se conoce a estas piedras preciosas si son extraídas directamente de la naturaleza, ya son una opción más para todos los amantes de las joyas y del amor en su versión artificial.