Conocer el valor de un diamante no es tan fácil como parece. Para cerciorarse del valor de estas piezas lo mejor es realizar una tasación de diamantes.
Lo primero que se debe poseer es un certificado de diamante, tanto si se trata del conocido brillante (diamante tallado en la talla brillante) o un diamante con otra forma y talla (esmeralda, princesa, radiant, etc). Al momento de realizar la tasación se parte de las características de calidad del diamante que figuran en el certificado gemológico.
Si no se tiene un certificado de la piedra es necesario solicitar el informe a un organismo gemológico, específicamente los laboratorios gemológicos. Este informe puede ser de dos tipos:
- Un certificado gemológico o certificado de diamante —para los diamantes que están sueltos— con la graduación de las características de calidad del diamante según las normativas internacionales de análisis gemológicos.
- Un dictamen gemológico —para diamantes montados en joyas— que se basará en una estimación de las características de calidad al no poder ser elaborado acorde con las normativas internacionales de análisis gemológicos. En las piedras de peso y calidad considerables, se aconseja desmontar el diamante para realizar un certificado con la graduación de calidad exacta..
La tasación de diamantes se realiza entorno a las cuatro cualidades principales: color, pureza, talla y peso.
— El color aparece cuando existen impurezas o defectos estructurales en el diamante. Cuanto más incoloro es un diamante mejor es su grado de color. A diferencia de los diamantes de colores fantasía donde la graduación se realiza siguiendo otros criterios.
— La pureza depende de eventos durante la formación de la piedra, que pueden producir inclusiones internas en los diamantes. También se tienen en cuenta los defectos externos, como arañazos o desportilladuras. La calidad es menor cuantas más inclusiones existan.
— La talla es una de las cualidades más importante de un diamante. Existen varias formas y tallas aunque la más conocida es la talla brillante. En este criterio de calidad, ademas de las proporciones de la talla brillante, se tienen en cuenta otros parámetros como la simetría y acabado del diamante. Un diamante con un grado bajo de talla perderá brillo y por lo tanto sera menos atractivo.
— El peso es concluyente para decidir el precio de un diamante. Se expresan en quilates, equivaliendo un quilate a 200 miligramos.
Por último, cabe añadir que tanto si un diamante está suelto o montado se puede tasar, aunque si está montado solo se podrá obtener un dictamen y no un certificado ya que por los medios de los que se disponen y siempre siguiendo las normativas internacionales, no se podrá verificar con certeza algunos aspectos y por lo tanto la tasación de diamantes tendrá mayor margen de error.
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