Comprar un diamante es una decisión que no se toma todos los días. En este sentido, cuando las condiciones hacen posible comprar un brillante —o diamante de otra talla— es necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones sobre cómo adquirir esta gema.
En primer lugar, es de suma importancia contar con un certificado del diamante. En este certificado gemológico se detallan las características de calidad del diamante como son el color, la pureza, la talla y el peso. Adicionalmente este documento permite que una pieza no sea confundida con otra. Asimismo, además de solicitar la comprobación de este documento también es necesario saber leerlo correctamente. Al respecto, cabe señalar que referencias como “Color Enhanced”, “HPHT Treated”, “Clarity Enhanced” o “Laser Drilled” en este certificado dan cuenta de la modificación —por métodos artificiales— del color o pureza del diamante.
Asimismo, es recomendable que al comprar un diamante se tengan buenas condiciones de luminosidad, puesto que de este modo puede observarse adecuadamente el color y brillo del diamante. Además, es aconsejable tener en cuenta otros valores como la graduación de la talla del diamante —se recomiendan las piezas certificadas como “Excellent” (Excelente) o “Very good” (Muy buena)—, su fluorescencia —se aconsejan las de tipo “None” (Ninguna) o “Slight” (Ligera)—.
En resumen, a la hora de comprar un diamante es preciso tomar en consideración una serie de consejos entre los que figuran también el hecho de exigir factura como documento acreditativo de la pieza que se compra. Cabe señalar, además, que esta adquisición va unida a la declaración fiscal asociada a la compra de bienes y servicios pero, fundamentalmente, a la necesidad de contar con un certificado gemológico donde figuren las características de calidad del diamante.
Conozca más sobre las características de calidad del diamante.