En los tiempos que corren, la preocupación de la sociedad por sus finanzas y ahorros no para de crecer, y con ello el interés por encontrar alternativas para mantener seguro su dinero. Una forma de inversión que, poco a poco, está ganando seguidores a lo largo del mundo son los diamantes. El mercado de este preciado mineral se mueve y monitoriza en las bolsas de diamantes repartidas por las zonas donde más importancia tiene este negocio, por su situación geográfica o importancia histórica en el mundo del diamante.
Las bolsas de diamantes operan de diferentes maneras, ya sea con diamantes en bruto, diamantes tallados o con ambos, y están ubicadas en los principales centros neurálgicos del sector: Amberes (Bélgica), Nueva York (Estados Unidos), Bombay (India), Tel Aviv (Israel) y la recientemente inaugurada en febrero de 2015 en Panamá, la cual es pionera en América Latina. Pertenecer a las bolsas de diamantes es muy difícil ya que tienen unos requisitos de entrada muy estrictos y solo accesibles para algunos profesionales del sector. Además, están controladas por una organización superior que protege los intereses de los integrantes, las buenas prácticas y promociona este mercado a nivel mundial.
La inversión en diamantes, al igual que del oro, es internacional, y la moneda clave en la que se mueven estas bolsas para la fijación de precios es el dólar. Las cotizaciones de precios se ven afectadas por una conocida lista referente en el sector y que se publica con periodicidad semanal, denominada índice Rapaport.
Así pues, si uno está preocupado por su dinero y quiere invertirlo en un lugar seguro y a largo plazo, los diamantes de inversión son una opción muy a tener en cuenta. El análisis de las bolsas de diamantes es fundamental para ver los precios que se manejan, así como conocer los cuatro aspectos fundamentales al adquirir una pieza: color, pureza, talla y peso.