Este mes, en una casa de subastas de Ginebra, se subastó una pieza que despertó el interés de más de un curioso por su exorbitante precio. La joya en cuestión se trataba de un hermoso diamante azul de un tono muy vívido. Esta pieza es de talla rectangular y está montada sobre un anillo de platino por una joyería londinense de alta categoría. Con un peso de poco más de 7 quilates y una claridad casi perfecta (VVSI2), se esperaba que el anillo, fuera vendido por alrededor de 14 millones de dólares (USD 14 000 000). Al final, la compra se concretó por un total de USD 11 625 000. El anillo fue ofertado junto a un lote de otras joyas de alta factura.

El hallazgo

Por otra parte, el mundo de la gemología se entusiasmó con el reciente hallazgo, por parte de la minera sudafricana Petra Diamonds, de un diamante azul intenso de un poco más de 20 quilates. Esta gema en bruto, extraída de la misma mina en la que se encontró en 1905 el diamante más grande de la historia, es un ejemplar extraordinario. El brillante fue valuado por el banco de inversión Berenberg por una cifra entre los 10 y 15 millones de dólares norteamericanos. Es del tipo IIb, uno de los más difíciles de encontrar en la naturaleza (0,1% de los diamantes pertenecen a este grupo), debido a que el cristal contiene una muy baja cantidad de impurezas de nitrógeno y, en cambio, posee una mayor presencia de boro en su composición, lo cual le brindaría su valiosísimo color azul.

Estos diamantes, debido a su peculiar color, su rareza y enorme tamaño, son muy codiciados por coleccionistas. Es bien sabido que, cuando se trata de comprar diamantes, es necesario tener siempre presentes las “4 C’s” que hacen referencia a las características más importantes en la tasación de diamantes. Claridad, corte, color y peso. En inglés, carat weight, son, usualmente, los principales elementos a tomar en cuenta cuando se está negociando con diamantes. En los casos más comunes, este enfoque sería suficiente para lograr una valoración justa y acertada.

Casos excepcionales

Pero, por supuesto, hay casos excepcionales. Más allá de los factores que un experto podría considerar durante su evaluación, cuando se pretende estimar el precio que podría alcanzar en una subasta una pieza fuera de lo común, el valor de ésta se verá influenciado enormemente por su rareza, historia, atractivo estético y su valoración relativa en relación a otros especímenes de categoría similar. En estos casos, resulta un asunto complejo ofrecer una tasación precisa y, por lo tanto, es común que se manejen rangos de precio más amplios. Se debe tomar en cuenta, además, el comportamiento del mercado para intentar conseguir una valoración acorde a la realidad actual.